sábado, 12 de febrero de 2011

Muriendo Diario

Hoy como cada noche
La envenenada flecha de tu recuerdo
Viaja silbante desgarrando el viento
Y en un instante se anida en mi pecho
Depositando en él, su macabro beso.

Mi mente se paraliza
Porque la sangre que brota de la herida
No es la misma escarlata y tibia
Que ágilmente mi cuerpo recorría
Cuando tus besos aun poseía
No, no es mentira,
La sangre no es ni remotamente parecida
Es pestilente, negra y fría.

Una fractura tiene mi alma
Pues cada dolorosa alba
El sueño de tu presencia me da energía
Me engaña esta febril fantasía
Secuestra mis sonrisas
Saber que solo es una alucinación
Tener tu boca pegada a la mía.

¿Cómo se derrota a un fantasma?
Lúgubre espectro portador
Mensajero de un gran dolor
¿No sirve ningún arma?
Vampiro privador de los sentidos
¿Qué te aferra a hacer de mi corazón tu nido?
Durante la tormenta caigo herido
Pero no puedo darme por vencido
Esa pequeña luz me mantiene erguido
La de sentir mi cuerpo al tuyo unido.

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